miércoles, 2 de septiembre de 2015

Rosquillas de patata

 ¡Hola!

Hoy Claudia os trae una receta que a mi me ha sorprendido muchísimo, espero que a vosotros también. Os dejo ya con ella ;)


Seguro que al leer el título de esta entrada os preguntaréis qué clase de plato estamos a punto de preparar.

Al igual que ocurre aquí en España, en Italia existe una forma diferente de preparar rosquillas en cada región.

Estas que os traigo se preparan en la zona de Nápoles y su caractéristica principal es la presencia de una buena dosis de patata cocida en su masa.

Puede parecer extraño y quizá os preguntéis qué sabor tendrá una rosquilla dulce a base de patata... os invito a probarlas, os sorprenderán gratamente.


Antes de pasar a la receta, debo hacer una confesión: ¡estas rosquillas no las preparé yo! Aproveché una visita de mi madre para suplicarle que me las hiciera y le quedaron tan bonitas que decidimos fotografiarlas para compartir su receta aquí.



Ingredientes:

2 patatas grandes
500 grs de harina
80 grs de azúcar
80 grs de mantequilla a temperatura ambiente
25 grs de levadura de cerveza
Medio vaso de leche
La cáscara rallada de un limón
Aceite para freír


Elaboración:

Cocemos las patatas cortadas por la mitad en abundante agua hirviendo.

Una vez que estén cocidas, las pelamos y las aplastamos con un tenedor en un bol hasta obtener una pasta. Las dejamos enfriar.

Cuando la pasta de patatas esté fría, añadimos la harina, el azúcar, la mantequilla cortada en dados, los huevos batidos, la cáscara rallada y la levadura que previamente habremos deshecho en medio vaso de leche templada.

Mezclamos un poco y a continuación volcamos la masa sobre una superficie que previamente habremos enharinado, y amasamos hasta obtener una masa lisa y homogénea.

A continuación tapamos la masa con un paño y la dejamos leudar durante aproximadamente una hora.

Pasado este tiempo vamos dando forma a nuestras rosquillas, formando churritos de un dedo de grosor y uniendo los extremos.

Las vamos colocando sobre un paño enharinado y cuando estén todas listas, las tampamos y las dejamos leudar nuevamente durante dos horas.

Cuando las rosquillas hayan alcanzado el doble del su volumen inicial, las freímos en abundante aceite muy caliente hasta que estén doraditas por fuera y las dejamos escurrir sobre papel de cocina hasta que pierdan el exceso de aceite.

Espolvoreamos con azúcar glass... y listo!



Notas:
Estas rosquillas se conservan durante muy poquito tiempo, ya que de un día para otro su consistencia cambia bastante, así que os recomendamos que las consumáis en el mismo día.

La masa puede congelarse sin problemas.


¿Os han gustado? Esperamos que si. Si hacéis la receta no os olvidéis de enviarnos una foto con el resultado, nos encanta ver que hacéis nuestras recetas ;)

Un besito y ¡feliz día!

4 comentarios:

  1. Estoy hay que probarlo!! Tienen que estar buenisimas!! Besossss

    ResponderEliminar
  2. Uffff tienen una pinta....
    Lo que pasa es que por más que pienso, no me imagino el sabor...
    Pero desde luego están diciendo: cómeme!!!!
    Muchos besos

    ResponderEliminar

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